La Fiesta de la Primavera, también conocida como el Año Nuevo Chino, es la celebración tradicional más importante en la cultura china. A lo largo de los siglos, esta festividad ha evolucionado, incorporando diversas tradiciones y costumbres que reflejan la rica historia y los valores tradicionales de China.
En los cinco mil años de historia de China, el término “Año Nuevo” siempre se utilizó para describir esta festividad. No obstante, en julio de 1913, durante el segundo año de la República de China, Zhu Qiqian, Ministro del Interior, propuso una transformación notable. En su informe al Presidente Yuan Shikai, sugirió fijar el día de Año Nuevo según el calendario lunar, designándolo como la “Fiesta de Primavera”, ya que es el primer término de este calendario, marcando el final del invierno y el comienzo de un nuevo ciclo.
Esta propuesta también implicaba vincular el calendario lunar con festividades específicas, como el Festival del Bote Dragón, el Festival del Medio Otoño y el del Solsticio de Invierno.
La aprobación por parte de Yuan Shikai marcó un cambio histórico. A partir del año siguiente, en 1914, el primer día del primer mes lunar se estableció oficialmente como la Fiesta de la Primavera. Así, la celebración anual pasó de ser conocida como el “Año Nuevo” a ser la “Fiesta de la Primavera”.
la celebración del Año Nuevo Chino estaba impregnada de una encantadora simplicidad. Uno de los aspectos más queridos para los niños era la presencia de puestos ambulantes que vendían delicias, siendo la favorita de los más pequeños los famosos BINGTANGHULU – “冰糖葫芦” o brochetas de bayas glaseadas con azúcar, típicas del norte de China.
ZUOYI – 作揖 es una peculiar etiqueta social china que ha perdurado desde el período de la Primavera y el Otoño (del 770 a.C. al 476 a.C.).
El zuoyi consiste en un saludo que consiste inclinarse y envolver la mano izquierda alrededor del puño derecho. Este gesto se realiza comúnmente para desear un próspero año nuevo durante estas festividades.
Los niños se inclinaban ante sus padres, los subordinados ante sus superiores, los colegas y amigos se inclinaban entre sí, e incluso entre hermanos compartían este gesto de cortesía durante esta festividad.
La práctica de hacer reverencias se difundió ampliamente en diversas situaciones sociales, destacando especialmente durante las festividades del Año Nuevo, principalmente a partir de la dinastía Ming.
Era tradición estrenar ropa, símbolo de un nuevo comienzo. Sin embargo, muchas personas desfavorecidas no tenían la posibilidad de adquirir ropa nueva; incluso los mendigos y los monjes carecían de calzado.
La imagen retrata a mujeres con niños pequeños paseando por las calles para celebrar y sumergirse en el ambiente del Año Nuevo. Se muestran felices, vestidas con ropa limpia, lo que sugiere que su origen familiar pertenece, como mínimo, a la clase media o a un estrato social superior.
En la cultura china, existe la creencia de que la fortuna de una persona en el próximo año puede verse influenciada por diversos factores, como el zodiaco chino, la posición de las estrellas y otros rituales y prácticas tradicionales. Después de la celebración del Año Nuevo, era común consultar a adivinos, llevar a cabo rituales de purificación y participar en diversas prácticas destinadas a atraer la buena fortuna para el año que comienza.
Mesa de ofrendas.
La práctica de la adoración a los antepasados era de suma importancia en la sociedad china, ya que se consideraba fundamental para mantener la armonía entre el mundo terrenal y el espiritual.
En la víspera del Año Nuevo, cada hogar quemaba incienso y ofrecía bolas de masa hervida a los dioses.
La familia se reúne para elaborar las tradicionales bolas de masa – 包饺子, que constituirán una parte imprescindible de la cena de la reunión familiar esta noche.
A pesar de la cuidadosa planificación de los platos de Año Nuevo con antelación, la preparación de las bolas de masa hervida se reserva para la mágica Nochevieja.
La costumbre de comer estas bolas de masa, conocidas como “jiaozi”, en la víspera del Año Nuevo se originó durante la dinastía Ming. En el antiguo Beijing, era costumbre envolver estas bolas de masa en forma de lingotes de oro y agregarles azúcar, monedas de cobre, maní, dátiles y castañas para atraer la buena suerte. Comer dulces significa una vida dulce, las monedas de cobre significan atraer prosperidad financiera el próximo año, ingerir maní está asociado con la longevidad, mientras que los dátiles y las castañas representan la esperanza de tener un hijo temprano.
La familias acomodadas se reunían para ver actuaciones de canto acompañadas de pasteles y té, en un ambiente muy festivo.
Después de cenar, los miembros de la familia juegan al mahjong hasta altas horas de la noche para dar la bienvenida al Año Nuevo con alegría y tradición.
Permanecer despierto hasta tarde en la víspera de Año Nuevo simboliza el aprecio por el tiempo y la oración por la longevidad de los ancianos.
Después de rendir culto a los dioses a medianoche en la víspera de Año Nuevo, toda la familia se inclina ante el altar de los antepasados para saludar el Año Nuevo.
En la mañana del primer día del Año Nuevo Lunar, las generaciones más jóvenes expresaban su respeto hacia sus mayores arrodillándose y realizando una reverencia. Este gesto, cargado de significado, refleja una arraigada tradición que enfatiza la importancia de rendir homenaje a los ancianos durante esta festividad, como muestra de gratitud y respeto.
Quemar petardos o fuegos artificiales –放炮仗
Hacer estallar petardos es una tradición reservada para la víspera de Año Nuevo.
Según la leyenda, “Nian” es un monstruo devorador de hombres. Cuando llega el “Año Nuevo”, los árboles se marchitan y la hierba no crece; pero una vez que el “Año Nuevo” ha pasado, todo reverdece y florecen las plantas. Así que, en el día de Año Nuevo, la gente lanza petardos para ahuyentar al “año. Después de la medianoche, se cocinan bolas de masa en la olla y los petardos estallan, añadiendo un toque festivo a la celebración.
En este primer día del año, las generaciones más jóvenes saludaban a sus mayores, quienes les entregaban dinero en un sobre rojo o hong bao – 紅包, como protección contra los malos espíritus y para desearles buena suerte en el próximo año.
Decoración para el Año Chino del Dragón 2024
El Pequeño Año Nuevo
El tercer día del Año Nuevo Lunar se conoce como el “Pequeño Año Nuevo”. Este día marca el clímax de las celebraciones. Aquellas tareas que no se hayan completado en los primeros dos días del mes lunar pueden ser realizadas en este día. Las personas aprovechan esta oportunidad adicional para visitar a familiares y amigos y expresar sus buenos deseos para el nuevo año.
Según la leyenda popular, la tercera noche del Año Nuevo Lunar es conocida como el día en que “las ratas se casan”. Por esta razón, muchas personas apagaban las luces y se acostaban temprano para no molestar a las ratas. También era común esparcir granos de arroz y pasteles en los rincones de la casa para que las ratas los consumieran, en lo que se denominaba “centavos de rata”. Este gesto simbolizaba compartir la cosecha del año con las ratas.
Además, la gente consideraba el tercer día del primer mes lunar como el cumpleaños del mijo. En esta jornada, se realizaban sacrificios y se rezaba por la buena suerte. Cabe destacar que en este día no se consumía arroz como parte de las tradiciones.
Visita a la Feria del Templo
Feria del Templo en Pekín
Cortarse el pelo antes del Año Nuevo era una tradición arraigada
En los puestos callejeros también se vendían hermosas y sofisticadas cometas, el juguete soñado por los niños de aquella época.