En la localidad de Pengzhen (彭镇), a unos 19 kilómetros del centro de Chengdú, capital de la provincia de Sichuán, se encuentra la que se dice que es “la más antigua casa de té de China” de 300 años de antiguedad y una comunidad local que preserva felizmente su antigua forma de vida.
Guanyin Pavilion Tea House – 成都彭镇老茶馆 está situada en el corazón de una pequeña comunidad de calles históricas donde la vida cotidiana continúa sin cambios desde hace cientos de años. Frente a la rápida modernización, la población local conserva con orgullo su patrimonio y el modo de vida tradicional.
Un viejo proverbio dice: “En Sichuan verás más casas de té que días soleados'”. Aunque se pueden encontrar en todas las esquinas, ninguna es como esta antigua casa de té, que es una yǐn zhu – 隐珠, una perla escondida que ha sobrevivido a siglos de historia, así como a los muchos incendios que destruyeron el resto de Pengzhen, incluso ha escapado al desarrollo moderno. Todo el barrio es así, una cápsula del tiempo, un pedazo de la antigua China donde la cultura tradicional parece persistir, ¡es increíble!
¡Bienvenidos a la antigua casa de té Guanyin Pavilion!
Con las frases: “¡La persistencia es eterna!” y “Tenemos que conseguir que la casa de té centenaria sea protegida de la demolición y la destrucción”, insiste en mantener su apariencia original.
En ella se conserva la apariencia original de las casas de té de hace 100 años con las sillas de bambú, las mesas cuadradas, juegos de té muy peculiares y las teteras de cobre.
Sus paredes están decoradas con retratos de Mao Zedong y eslóganes de la Revolución Cultural (1966-1976).
Guanyin Pavilion abre todos los días a las 4:30 de la mañana y se podría decir que, además de casa de té, hace las veces de centro comunitario en el corazón de esta pequeña población local. Sus fieles clientes, en su mayoría ancianos y jubilados, lo frecuentan diariamente y pasan el rato jugando al ajedrez chino, a las cartas y contándose rumores. Los días de mercado, cientos de campesinos acuden desde las aldeas colindantes.
La antigua casa de té se ha convertido recientemente en un imán para los fotógrafos de toda China. Lo sorprendente es que el encargado de la misma también es un entusiasta de la fotografía y muy conversador, y sugiere a sus visitantes el mejor momento y enfoque para las instantáneas, incluso posando él mismo frente a la cámara. El mejor momento para tomar las fotos es por la mañana, cerca del mediodía, porque el ángulo y la intensidad de la luz son los ideales.
Originalmente no se cobraba tarifa de entrada, y de hecho no se cobra, pero cuando el dueño ve a alguien entrar con la bolsa de la cámara y el trípode, automáticamente le cobra la taza de té a 10 yuanes, ¿y cuánto cobra a los lugareños por el té? ¡La respuesta es un yuan!
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Lugar bien curioso e interesante.
Gracias por compartir.
Nos alegra que te haya gustado, gracias a ti Joshua..!!! 😉
interesantisimo.
Muchas gracias Miguel, nos alegramos! 😉