.Los Oroqen – 鄂伦春族 (Èlúnchūn zú) son un grupo étnico del norte de China originario de Rusia. Con una población de alrededor de 8,000 personas, son la tercera minoría étnica más pequeña de las 55 reconocidas en el país.
Viven manteniendo sus tradiciones y esperan poder preservar su idioma, el Oroqen. Habitan principalmente en Mongolia Interior y a lo largo del río Heilongjiang (Amur) en la provincia de Heilongjiang. En los años 90, el gobierno chino promulgó leyes que prohibían la caza, lo que obligó a los Oroqen a cambiar drásticamente su forma de vida.
Historia
Los Oroqen son un pueblo de ascendencia tungus que ha vivido tradicionalmente en el noreste de China y el sureste de Siberia, y están relacionados con otros grupos étnicos de la región. Tradicionalmente, eran cazadores nómadas
Originariamente, los Oroqen poblaron la región al norte del río Heilong (nombre chino del río Amur, que marca la frontera entre la República Popular China y Rusia) y al sur de las montañas Hinggan (Jingan). La agresión y el saqueo llevados a cabo por Rusia zarista a partir de mediados del siglo XVII los forzaron a emigrar hacia las montañas Hinggan Mayor y Menor
En aquel momento, los Oroqen estaban divididos en siete grupos que vivían en una sociedad comunal de clanes. Cada comuna de clan, llamada “Wulileng”, estaba formada por de cinco a una docena de familias descendientes de un antepasado masculino. En la comuna, todos los medios de producción eran de propiedad comunal y sus miembros cazaban juntos, distribuyendo lo obtenido de manera equitativa entre todas las familias.
Durante la dinastía Yuan (1206-1368), se les conocía como “Gente del bosque”, mientras que en la dinastía Ming (1368-1644) eran llamados la “raza bárbara de la Montaña del Norte”.
Dinastía Qing (1644-1911)
La introducción de artículos de hierro y armas y el uso de caballos durante la dinastía Qing (1644-1911), elevaron las fuerzas productivas de los oroqen a un nivel superior. Esto dio lugar al trueque a mayor escala y al surgimiento de la propiedad privada, y con ello, a profundos cambios sociales y económicos. Las comunas del clan se desintegraron y se convirtieron en unidades económicas básicas, aunque los miembros del mismo clan vivían y cazaban juntos.
Organizados bajo el “Sistema de Ocho Banderas”, los Oroqen se vieron obligados a alistarse en las fuerzas armadas y a enviar pieles a la corte Qing como tributo. La mayoría de los soldados fueron enviados a luchar a Xinjiang, Yunnan, Taiwán y otros lugares donde muchos de ellos perdieron la vida.
Los “señores de la guerra” (1911)
Después de la caída de la dinastía Qing (1911) llegó el gobierno de los “señores de la guerra”, que efectuaron algunos cambios en la configuración administrativa del Sistema de ocho banderas. Los jóvenes fueron arrastrados a “unidades guerrilleras del bosque” y los cazadores Oroqen se vieron obligados a establecerse para cultivar. La mayoría de ellos huyeron para cazar en los bosques y unos pocos, a quienes los señores de la guerra habían convertido en oficiales, se convirtieron en terratenientes que contrataron trabajadores oroqen, han, manchú y daur, con el fin de utilizar grandes extensiones de tierra para el cultivo.
Ocupación japonesa (1931)
Las tropas japonesas, que ocuparon el noreste de China en 1931, derribaron las cabañas y destrozaron las herramientas agrícolas de los granjeros oroqen y los enviaron nuevamente a los bosques. Los jóvenes fueron forzados a trabajar en “destacamentos forestales” dirigidos por japoneses. Los ocupantes japoneses introdujeron el consumo de opio para arruinar su salud, llegando incluso a utilizar a algunos de ellos en experimentos con bacterias. Todo esto, junto con la incidencia de enfermedades epidémicas, diezmaron tanto a la población oroqen que sólo quedaron unos 1.000 de ellos en el momento de la rendición japonesa en 1945.
Desde la década de 1950 hasta la actualidad
Muchos Oroqen continuaron practicando su forma de vida nómada hasta la década de 1950, momento en el que el Gobierno Chino los incitó a establecerse en casas construidas para ellos.
En 1951, los líderes del pueblo Oroqen negociaron la formación de “Bandera Autónoma de Oroqen” de la Liga Hulun Buir, un tipo de división administrativa que data del período manchú y abarca 23,000 millas cuadradas en Mongolia Interior, cerca de la frontera con Rusia.. En 1958, muchos de los nómadas de la región se establecieron allí y cambiaron su forma de vivir y trabajar. El pueblo Oroqen dio un tremendo salto de tribus primitivas a la civilización moderna. Las últimas siete décadas han sido testigo de cambios asombrosos en su vida.
Hoy, solo quedan 12 cazadores Oroqen con licencia. Fuera de la temporada de caza de invierno, estos doce cazadores deben guardar sus rifles en la comisaría local y durante la temporada de caza, los devuelven cada noche después de la cacería.
En el Museo Oroqen en Alihe, una tarjeta de exhibición dice: “Antes de la liberación, la etnia Oroqen estuvo al borde de la extinción y con la ayuda del Partido Comunista, los Oroqen están marchando hacia un futuro magnífico”. Para ayudarlos, el Gobierno Chino les proporciona vivienda gratuita, asistencia agrícola y educación.
Vida oroqen
Tradicionalmente, los oroqen vivían en tiendas de campaña sostenidas por treinta postes largos y cubiertas con corteza de abedul en verano y piel de venado en invierno. En el centro había una chimenea que se usaba para cocinar y calentarse. Generalmente se establecían dispuestos en una sola línea junto a un río o junto a la ladera de una montaña.
El pueblo Oroqen sobresale en la caza y tanto hombres como mujeres cazan a caballo y apuntan con precisión. Los niños comienzan a cazar con sus padres a la edad de 7 u 8 años y alrededor de los 17 ya lo hacen solos. Los caballos son indispensables en sus expediciones, ya que transportan sus provisiones y capturas.
En la tierra natal de los Oroqen, hay muchas montañas, árboles y arroyos, lo que dificulta el transporte. La nieve y el hielo pueden durar seis o siete meses, así que es fundamental el uso de renos, caballos, trineos, esquís y botes de corteza de abedul para viajar por la nieve a través del bosque. En un principio los renos fueron el medio de transporte más utilizado pero debido a que son relativamente lentos y tienen una capacidad de carga pequeña, fueron reemplazados gradualmente por caballos.
Los Oroqen practican la monogamia y sólo se les permite casarse con personas fuera de sus propios clanes. Por lo general, las propuestas de matrimonio las hacen intermediarios.
Las niñas Oroqen comienzan a hacer las tareas domésticas a los 13 o 14 años. Sus madres las enseñan a frotar pieles, secar carne, recoger frutas en el bosque…
Gastronomía Oroqen
La comida tradicional del pueblo Oroqen es principalmente la carne y el pescado de animales salvajes, entre los cuales la carne de corzo es la más consumida, seguida por la de venado, escorpión, oso y jabalí.
Hace años había muchos corzos en los bosques de las montañas Daxing’an, por lo que siempre han sido objeto de caza y la fuente principal de alimento y ropa para este pueblo.
La carne de corzo es la forma más común de comer carne. Además, a los cazadores también les gusta comer riñones e hígados de corzo crudos. Cada vez que cazan un corzo, en el acto abren su vientre, sacan el riñón tierno y el hígado y se lo comen. Creen que los riñones y el hígado de los animales crudos tienen el efecto de mejorar la vista y el estado físico y los consideran un manjar.
En el pasado la vida era dura y la escasez de alimentos una preocupación. La mayoría se ganaba la vida cazando, criando y estimulando renos, cuyos embriones, penes, colas y astas se utilizan en la medicina china.
Muchos aún subsisten a base de pescado, carne de reno y plantas silvestres. La carne a menudo se conserva ahumada o seca. La leche de yegua fermentada es una bebida alcohólica popular.
Religión
La religión predominante del pueblo Oroqen es el chamanismo politeísta. Creen que todos los elementos de la naturaleza tienen espíritu: las montañas, los ríos, los árboles, los truenos, los relámpagos, el viento y la lluvia, las estrellas, el sol y la luna… Según sus creencias, los hechiceros chamánicos (chamanes) tenían la capacidad de controlar el clima, profetizar, interpretar sueños, astrología y viajar al cielo o al infierno…
La religión fue la del animismo y el chamanismo hasta 1950. En 1952, el Partido Comunista Chino les obligó a abandonar sus “supersticiones” y toda práctica religiosa. El último chamán oroqen vivo, Chuonnasuan (Meng Jin Fu), murió en el año 2000 a la edad de 73 años.
Artesanía Oroqen
Hay un dicho del pueblo Oroqen: “Los hombres no le temen a las altas montañas, las mujeres no le temen al trabajo fino”.
Las mujeres muestran una habilidad maravillosa para bordar patrones de ciervos, osos y caballos en pieles y telas que se emplean en la confección de tocados, guantes, botas y prendas.
Los Oroqen, hombres, mujeres y niños, todos son expertos artesanos en el uso de la corteza de abedul, cola de caballo o hilos retorcidos de corzo, ciervo y tendón para coser todo tipo de productos necesarios, y tallar y dibujar varios patrones en ellos..
A principios del verano de cada año, el abedul tiene mucha humedad y es fácil de despegar, y es cuando la gente de Oroqen se abastece de la corteza del abedul.
Fabrican verdaderas obras de arte: cajas, cestas, barriles, cuencos, botes de corteza de abedul y otros objetos que tallan, bordan con bellos patrones de caza, flores de plantas locales, ramas, hojas, mariposas y otros tipos de animales, que reflejan perfectamente las peculiaridades de su tradicional cultura.
Música y bailes Oroqen
Sus canciones folklóricas suelen ser improvisadas, compuestas y cantadas por ellos mismos. El contenido y la dinámica de los bailes se caracterizan por simular los gestos y movimientos de los animales y la actividad de la vida diaria. Sus animadas canciones reflejan escenas de caza, luchas, recolección y alabanzas a la naturaleza y al amor.
Entre las danzas Oroqen más populares se encuentran la “Pelea de osos negros” y la “Danza del gallo de madera“, en las que los bailarines ejecutan movimientos como los de animales y pájaros. También es popular un ritual en el que los miembros de un clan se reúnen para realizar bailes que representan eventos en la historia del clan.
“Pengnuhua” (una especie de armónica) y “Wentuwen” (tambor de mano) se encuentran entre sus instrumentos tradicionales. Estos instrumentos producen melodías que suenan como el canto de los pájaros o el bramido de los ciervos y en ocasiones se utilizan para atraer a las bestias salvajes al campo de tiro.
Siempre que regresan de cazar y después de comerse a sus presas, la familia canta y baila junto a la hoguera.
Vestimenta
La larga historia de la vida de caza ha influido en la creación de su cultura de vestimenta única y prácticamente toda su ropa está hecha con pieles de animales.
La piel de corzo no solo es duradera y resistente al desgaste, sino que también tiene una excelente resistencia al frío. Las pieles de las diferentes estaciones se pueden usar para hacer una variedad de prendas diferentes. Por ejemplo, el corzo en otoño e invierno tiene un pelaje largo y denso, una piel
gruesa y fuerte y una gran resistencia al frío, lo cual es adecuado para la ropa de invierno. El pelaje del corzo en verano es escaso y corto, adecuado para prendas de primavera y verano.
Los calzoncillos, que usan tanto hombres como mujeres, están hechos de dos o tres tipos de pieles. Algunos tienen cordones y se atan a la cintura con un cordón de cuero y protegen los pantalones cuando los Oroqen están cazando o cortando leña.
Las prendas de piel eran prácticas para quienes escalaban montañas y atravesaban bosques. Los Oroqen ahora van entrado en la vida moderna y la tela va sustituyendo a la piel, que utilizan en algunas ocasiones importantes, como en los festivales.
Tabúes
Los Oroqen tienen una larga lista de tabúes. Por ejemplo, nunca llaman al tigre por su nombre real, sino simplemente “cola larga” y al oso “abuelo”.
No elaboran sus planes de caza con anticipación, porque creen que los omóplatos de las bestias salvajes tienen el poder de ver a través y conocer un plan cuando está hecho.
La mujer no da a luz en el hogar, tiene que hacerlo en una pequeña choza construida fuera de la casa en la que queda confinada con el recién nacido hasta después de la luna llena..
Las embarazadas no deben comer carne de oso ni de venado, porque si lo hacen piensan que tendrán un aborto espontáneo.
A los jóvenes no se les permite llamar a sus mayores por su nombre, ni se les permite decir a otros sus nombres; frente a los ancianos y sus mayores.
Enterramientos
Los Oroqen practican los entierros de viento. Cuando una persona muere, su cadáver se coloca en el bosque en un tronco de árbol hueco, con la cabeza apuntando hacia el sur, sobre soportes de dos metros de altura . A veces se mata al caballo del difunto para acompañar al alma que parte al inframundo. Sólo se incineran los cuerpos de los jóvenes que mueren de enfermedades contagiosas.
Idioma
Nadie aprende el idioma oroquen como primera lengua y sólo lo habla con fluidez uno de cada seis Oroqen, la mayoría de ellos ya muy mayores.
Este idioma no tiene forma escrita; no se acepta ningún dialecto como estándar y no se usa como idioma dominante en ningún contexto social, incluida la vida familiar; e incluso los hablantes fluidos de Oroqen están dispersos en varios pueblos y aldeas en dos provincias diferentes. En cada región donde viven están dominados por los chinos Han y, en ocasiones, por otras minorías.
En el transcurso de solo una generación, la comunidad Oroqen ha pasado de un estado en el que todos hablaban Oroqen y casi nadie hablaba chino a todo lo contrario.
está claro que el idioma dejará de hablarse en veinte o cincuenta años, salvo que los miembros de la comunidad tomen medidas extraordinarias. Aunque hay interés en emprender tal esfuerzo, son tantos los factores que pesan en contra de la posibilidad de la revitalización del idoma Oroqen que incluso los activistas lingüísticos reconocen que puede ser una causa perdida. Hoy por hoy, prácticamente no hay recursos financieros disponibles.
Festividades
La Fiesta de la Primavera es la fiesta más importante del pueblo Oroqen. Lo celebran en la misma fecha que los aan. En la mañana de Año Nuevo, queman incienso y se postran ante su Dios del Fuego y ante los ancianos, y les desean a todos buena suerte en el próximo año. Desde el primero hasta el sexto día del Año Nuevo se llevan a cabo diversas actividades de entretenimiento, como combates de lucha libre, carreras de caballos y tiro con arco.